
28 feb 2022
Comprendiendo la litigación oral
La litigación oral ha transformado significativamente el funcionamiento de la justicia en Argentina. A diferencia del expediente escrito, los juicios orales priorizan la inmediatez, la transparencia y la interacción directa entre jueces, fiscales, defensores y testigos. Este cambio no solo agiliza los procesos, sino que también fortalece la confianza ciudadana en el sistema judicial.
Beneficios de la litigación oral
Entre las principales ventajas se encuentra la posibilidad de que los jueces valoren directamente las pruebas, observando el lenguaje corporal y la credibilidad de los testigos. Esto contribuye a decisiones más ajustadas a la realidad. Además, la litigación oral reduce dilaciones procesales, evitando que las causas se extiendan durante años.
Otro beneficio clave es la publicidad de los juicios, que permite un mayor control social y promueve la rendición de cuentas de los operadores judiciales.
Desafíos de su implementación
No obstante, la litigación oral exige una preparación exhaustiva por parte de los abogados. Las audiencias demandan habilidades de argumentación, claridad en la exposición y capacidad de reacción ante imprevistos. También plantea retos logísticos, como la disponibilidad de salas equipadas y la formación continua de magistrados y funcionarios.
El camino hacia la excelencia
En DFGL consideramos que la litigación oral no es solo una herramienta procesal, sino una oportunidad para elevar la calidad del servicio de justicia. Por eso, apostamos a la capacitación permanente en técnicas de litigación, oratoria y uso de tecnologías que optimicen las audiencias.
Una herramienta de modernización judicial
En conclusión, la litigación oral constituye un pilar fundamental en la modernización de la justicia argentina. Adoptarla plenamente significa avanzar hacia un sistema más eficiente, transparente y confiable. En DFGL estamos comprometidos con esta evolución, ofreciendo a nuestros clientes una defensa sólida, dinámica y adaptada a los nuevos tiempos.
